Muerte de jovenes en manos policiales >>

En solo noventa dias cincuenta y cinco jovenes de edades enre 16 y 25 años murieron en intercambios de disparos con la Policìa, riñas, atracos a mano armada y robos en casa habitada.
Es una cifra aterradora y que en cualquier paìs màs o menos organizado, moverìa a una rapida investigaciòn para determinar las causas de estas numerosas muertes a manos de patrullas policiales.
Pero aquì, en nuestro paìs, no pasarà de una simple informaciòn periòdistica que desaparecerà en los pròximos dias y en en una semana nadie se acordarà de esos muertos, y mucho menos de esos nùmeros.
De todos modos, nosotros llamamos la atenciòn al desarrollo impresionante que sigue teniendo la delincuencia en nuestras ciudades. Y esa delincuencia està envolviendo cada dìa a màs a hombres y mujeres jovenes, como se demuestra en las estadisticas que encabezan este comentario.
Y los jovenes recurren a la delincuencia, entre otros factores, por la incapacidad para conseguir un trabajo que les permita disponer de los recursos indispensables por lo menos para las necesidades alimentarias del diario vivir.
La falta de trabajo y el bienestar delictivo que exhiben muchos de sus pares que se dedican al mercadeo de la droga, les impulsa a violar las leyes y lanzarse a aventuras delictuales.
Nada de lo anterior justifica la muerte de tantos jovenes a manos de patrullas policiales en circunstancias en que la Policìa siempre atribuye a "intercambios de disparos", cantaleta que ya nadie cree y que, por el contrario, hace pensar en el uso de mètodos criminales para quitar la vida a esos jovenes.
Creemos que la Policìa està entrenada para usar mètodos menos dràsticos frente a estos delincuentes, muchos de ellos rateros inexpertos que salen a robar en la desesperaciòn por vivir.
La preservaciòn de la vida es una inexcusable responsabilidad de toda persona investida de autoridadad y que por su posiciòn tiene acceso a un arma de fuego, la cual nunca debe utilizar para matar, a menos que no sea en defensa propia y si la situaciòn en que se encuentra no le permite hacer ninguna otra maniobra.
Nosotros confiamos en que en el trimestre venidero, cuando se vuelve a contabilizar el resultado de la acciòn policial, esa cifra macabra y vegonzoza haya desaparecido, o por lo menos, disminuìdo considerablemente.
Esa es nuestra esperanza